sábado, agosto 27, 2011
El beso de la vida
Esta fotografía fue realizada el 17 de Julio de 1967 por el fotógrafo Rocco Morabito mientras se encontraba de servicio para un periódico local de Jacksonville. Conocida como “el beso de la vida”, la imagen muestra el intento de reanimación de un instalador eléctrico a un compañero que se encontraba suspendido a diez metros de altura después de haber sufrido una descarga eléctrica de más de 4.000 voltios. Ambos sobrevivieron milagrosamente y la instantánea ganó un Premio Pulitzer en 1968.
sábado, julio 02, 2011
Esma Redzepova, la reina de los gitanos
miércoles, junio 22, 2011
El fotógrafo
(Texto de Eduardo Galeano, tomado del sitio Patriagrande)
Hiladio Sánchez vive en la oscuridad, como los murciélagos. Como los murciélagos, ve por los oídos. Pero los murciélagos no saben sacar fotos, Hiladio es fotógrafo, y de los buenos.
Era jugador de futbol, y de los buenos, hace veintipico de años. Jugando para la selección nacional de Cuba, un pelotazo lo tumbó. Parecía muerto. Tiempo después, despertó en el hospital. Estaba vivo. Estaba ciego.
Además de ver por los oídos, Hiladio ve por los ojos de su imaginación y su memoria, y ha encontrado la manera de contarnos lo que ve. Cámara en mano, ejerce sus artes de manosanta de la imagen. Mide la distancia por los pasos, y ajusta el diafragma según el calor del día o la frescura de la tarde. Y cuando todo está listo, apunta y hace puntería guiado por las voces o por los silencios, que nunca están callados.
Hiladio fotografía a sus vecinos, apoyados contra la pared marcada de cicatrices, y fotografía las sábanas colgadas del alambre y las jarras y los sartenes colgados de los clavos, el leve paso de las horas y las gentes, la luz del sol en el patio, y la sombra que la corta de un tajo.
No fotografía la luz de la luna, aunque la conoce bien. Cada noche, esos dedos helados le tocan la cara. Es la luna, que lo llama. Y el ciego se hace el sordo.
miércoles, junio 15, 2011
Somos una especie bruta, bruta, bruta...
La tarea que los agentes del Estado han de cumplir en el Congo es noble y elevada. Está bajo su incumbencia la civilización del África Ecuatorial. Cara a cara con el barbarismo primitivo, luchando contra costumbres, de miles de años de antigüedad, su deber es modificar gradualmente esas costumbres. Han de poner a la población bajo nuestras leyes, la más urgente de las cuales es, sin duda, la del trabajo. En los países no civilizados, es necesario, creo yo, una firme autoridad para acostumbrar a los nativos a las prácticas de la que son totalmente contrarias a sus hábitos. Para ello es necesario ser al mismo tiempo, firme y paternal.
La foto que sigue constata que el reinado de Leopoldo II en el Congo durante los años 1835 y 1909 fue uno de los más sangrientos y brutales de la historia de la humanidad. En ella vemos a un padre observando las manos de su hija de cinco años después de ser cortadas como castigo por no haber recolectado suficiente caucho.
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