Pero... ¿por qué?
Lo primero que captura la atención aquí es la obvia incomodidad, la angustia reflejada en ese rostro en el que los años ya han dejado sus huellas.
Las más de las veces, los desnudos de mujer sólo intentan trasmitir erotismo, pero este no es el caso. Aquí más bien muestra vulnerabilidad, fragilidad, pudor al ojo indiscreto y anónimo de la cámara. Los centímetros cuadrados de piel al descubierto no cuentan como tales, sino sólo por el hecho de "informarnos" que tenemos ante nuestros ojos -apenas- a una mujer sin ropa.
Lleva a pensar acerca de qué hace en su vida normal esta mujer, ¿será camarera, maestra, enfermera? ¿Cuidará ancianos, quizá? ¿Ama de casa? En cualquier caso, difícil se hace imaginar a alguien acostumbrada a seducir la cámara, como podría ser una bailarina, una actriz, una modelo. No, ella no es una profesional del tema.Creo que el fotógrafo tuvo su acierto en la elección de ciertos elementos estéticos con los que ha logrado subrayar el impacto visual: el uso de mucho contraste, con sombras y colores fuertes, y rematadas por esos ojos esmeralda que complementan los del telón de fondo. Muchos de los elementos que no se usarían si se tuviera la intención de transmitir sutilezas, calidez o sensualidad.